A veces es
imposible no quedar atraído por una película, y menos si en esta película salen
dos de las actrices más conocidas y famosas del mundo. Sin embargo es
complicado que esa atracción se termine convirtiendo en una gran película que
disfrutes viendo. “Agosto”, es
una de esas películas que no pueden dejar indiferente a nadie, es de esas pocas
películas en las se puede ver un gran enfrentamiento interpretativo entre dos
de las grandes actrices de Hollywood, y es que tanto Julia Roberts, como Meryl
Streep, están sobresalientes en esta película y ambas se dan la réplica de
manera espectacular en muchas escenas.
“Agosto” es la primera película de este año de la que he
salido encantado. Encantado por la fotografía de la película, por cómo se
cuenta la historia, por los magníficos personajes secundarios que enmarcan a
las dos principales protagonistas, y sobre todo por los dos personajes de
Violet y Barbara encarnados por Meryl Streep y Julia Roberts, madre e hija
respectivamente en la película. La dureza que existe entre ambas, el odio, el
rencor que se entrevé, los silencios pasados que vuelven en forma de afiladas
palabras y duros reproches, todo hace que en algunos momentos de la película el
espectador llegue a sentir que está siendo testigo incómodo de conversaciones y
momentos personales de una familia a la que no pertenece, y a los que no ha
sido invitado.
Una de las cosas
que más me ha llamado la atención de esta película son las miradas de los
personajes, miradas que a veces decían más que los propios diálogos. Miradas de
reproches pasados y presentes, miradas de odio y rencor, miradas tensas e
inoportunas, miradas oscuras, miradas ocultas que solo pueden ser imaginadas
por el espectador ya que se esconden detrás de unas inmensas gafas, miradas de
ausencia, miradas que piden perdón, miradas ausentes y perdidas. Miradas,
todas, que hacen que la película cuente y que el espectador comprenda más de lo
que el propio guión hace decir a los personajes. “Agosto” es una película dura, cruel a veces, sobre una familia
marcada por el carácter de una madre, Meryl Streep, cuyas palabras son
alfileres que se clavan no solo en los oídos sino en el alma de sus seres
queridos, una madre a la que no le importa como sentarán esas palabras; sin
embargo esta madre también habla sin decir nada, hiere sin hablar. Toda la
historia de la película se articula en torno a la reunión familiar debida al
funeral del padre, que se ha suicidado. Esta muerte, de un marido que ha
perdido ya toda esperanza, junto al cáncer que sufre la madre hace que durante
la reunión de todos salgan a relucir todas las rencillas familiares que con el
tiempo se han ido anquilosando en los corazones de cada uno, esta olla a
presión creada por los silencios y el tiempo estalla en mil pedazos en la casa
familiar situada en las magnificas llanuras del medio oeste americano. Esta
explosión es una de las escenas más tensas, duras y de mayor crueldad verbal
que he visto en el cine, y en ellas Julia Roberts (la hija mayor) y Meryl
Streep (la madre) están soberbias, no solo por sus diálogos que son durísimos
con un rencor latente muy grande, sino por sus gestos. Ambas actrices están
enormes durante toda la película, y a mi modo de ver tendrían que ser
reconocidas con algún premio por esas actuaciones.
Ya he dicho lo
enormes y complejos que son los personajes de Meryl Streep y Julia Roberts, sin
embargo no son los únicos personajes de la película. “Agosto” es una gran película porque sus personajes
secundarios también colaboran enormemente a ello. El padre, que aunque esté
presente durante toda la película, solo aparece al principio en un
pseudo-monologo en el que introduce y anticipa lo que pasará durante la
película; el marido (Ewan McGregor) de la hija mayor (J. Roberts), ambos
representan a la perfección las miradas que he mencionado antes, son una pareja
separada que finge no serlo delante de la madre, pero que no terminan por
conseguirlo; las otras dos hermanas, una de ellas un poco "ligerilla de cascos" e ingenua a
más no poder, la otra consumida por ser la única que se quedo cerca de los
padres y con el tiempo se ha ido amargando, hasta que decide que ya no más; también la familia política, la tía
materna Mattie Fae, y su marido, ella es uno de los personajes más potentes de
la película y sus palabras son dardos igual de certeros y dañinos que las palabras
de su hermana (Meryl Streep). Todos estos personajes, cada uno son su
personalidad y las miradas que entre todos ellos se lanzan conforman una
magnífica película, que ha cumplido con las expectativas que tenía puestas en
ella.
Recomiendo a quien
le guste el buen cine que vaya a ver esta película: por su plantel de actores,
en especial a ver a Julia Roberts y a la grandísima Meryl Streep, ambas bordan
sus papeles, y ambas muy merecidamente están nominadas a los premios Oscar; por
la magnífica y profunda historia que se narra en la película; por las otras
pequeñas historias que también se cuentan; porque aunque sea una película dura,
amarga y a veces cruel, te ríes y tiene puntos y golpes de humor que se pueden
llegar a aplicar en todas las familias. La factura técnica de la película es también
muy buena y el director de la misma cuenta la historia de manera sencilla sin
planos ni secuencias grandilocuentes que terminan por desconcentrar al
espectador, algo que se agradece. Yo salí del cine con muy buen sabor de boca,
es la primera gran cinta que veo este año y de la que salgo con mejores
sensaciones que con las que entré; espero que si alguien se anima a ver esta película
después de leer esta crítica, la disfrute tanto como lo hice yo. Saludos y
hasta la próxima.
Caronte.
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