14 de febrero,
cuadragésimo quinto día del año, no creo que a nadie se le escape el santo cuya
onomástica se celebra hoy: San Valentín. En España será uno de los pocos santos
cuyo día se sabe casi todo el mundo, junto con San José (19 de marzo), San
Fermín (7 de julio) y Santiago (25 de Julio). Este día 14 de febrero es desde
hace ya muchas décadas un día consagrado por excelencia a ensalzar el
consumismo del amor y de la pareja. Grandes y pequeños comercios, bares,
restaurantes, discotecas, hoteles, casas rurales; todo tipo de establecimientos
que vendan u ofrezcan algún tipo de mercancía de consumo, preparan la semana
del 14 de febrero como si de la semana de Reyes se tratara, y bombardean las
retinas de todos con publicidad destinada no solo a las parejas sino a
cualquiera que pase por delante de los escaparates de las tiendas o de las
fachadas de los bares y restaurantes. En fin el 14 de febrero es un día
señalado en el calendario de todos: de los que lo celebran, de los que creen
que es un día más, de aquellas personas que lo odian.
Yo creo que el 14
de febrero no es un día más del calendario, y no es porque tenga pareja o este
enamorado, que por desgracia no es mi caso, sino porque este día para bien o
para mal no deja indiferente a nadie. Hay parejas que están enamoradas y que
aprovechan este día para hacer lo que harían cualquier otro día del año, pero
aprovechan el merchandising sanvalentinesco y tienen un detalle el uno con el
otro algo más curioso y, también hay que decirlo, más moña. Para estas parejas
San Valentín no es más que un día en el que van a demostrarse su amor como lo
harían el 20 de mayo (San Baudilio), el 8 de julio (Santa Priscila) o el 18 de
noviembre (San Odón), pero con la salvedad de que por ser San Valentín el patrón
de los enamorados, como he dicho tendrán un detalle algo más hortera, moña y
divertido que de costumbre. Algo similar pasa en la festividad de San Jorge
(Sant Jordi), en algunas zonas de España cuando en las parejas, ellos regalan
una rosa y ellas un libro. Luego hay personas que, aun teniendo pareja, se
hacen las independientes, las anti-fiestas-masivas, y se enclaustran en su casa
durante este día y, desde mi punto de vista, haciendo un gran ejercicio de
cinismo dicen que durante el mismo no hacen nada con sus parejas porque para
ellos no es un día especial. Hay otro grupo de personas a demás, para las que
este día no trae buenos pensamientos o vibraciones y prefieren alejarse todo lo
posible de las preparaciones y celebraciones que el mundo hace durante los días
previos al 14 de febrero.
Para mí el 14 de
febrero es, sinceramente, una fecha mala. Mala porque no tengo pareja ni estoy
enamorado, y por tanto, me gusten las celebraciones de San Valentín o no, no puedo
compartir este día con nadie a quien amar, ni que me ame. Es cierto que
considerar este día como uno clave en la pareja a lo largo del año, es
demasiada exageración, y aquellas parejas que así lo consideren, desde mi punto
de vista, o son muy jóvenes e inmaduras, o no saben valorar lo que tienen día a
día y por eso tienen que aprovechar el 14 de febrero para mostrar sus
“sentimientos”. A pesar de que pueda sonar como un tópico, creo que en una
pareja todos los días deberían ser importantes y todos los días se debería
valorar qué significa tener pareja.
Es posible que esté muy equivocado, teniendo en cuenta que ni tengo ni he
tenido nunca pareja, pero creo que tener a alguien, a quien te encuentras por
el mundo, que sabes que te ama, para quien eres la persona más importante sobre
la faz de la tierra, para quien tus problemas son sus problemas; tener a
alguien con quien compartir inquietudes, preocupaciones y problemas, a quien
poder amar; tener a alguien que sabes que no te va a fallar es algo que tendría
que valorarse día a día, y no únicamente, y de manera más acusada, un simlpe
día al año.
Los 14 de febrero
son días en los que solo tengo ganas de escuchar a Sabina (en general lo
escucho cuando estoy más bajo de ánimos de lo normal), canciones como Calle melancolía, La canción más hermosa del mundo; son días en los que prefiero
estar solo, no hacer nada, no pensar, solo imaginar, soñar; son días, por qué
no decirlo, tristes y melancólicos. Los 14 de febrero son días en los que me
gustaría tener pareja, para al menos poder decir con conocimiento si San
Valentín es una moñada o no; pero no la tengo, y por lo tanto tengo que
aguantar a todas aquellas personas que sí la tienen y para los que este día sí
es un poco diferente, ya sea porque lo celebren o porque no. Y me gustaría
tener pareja en San Valentín para incluso no celebrarlo porque para mi pareja y
para mí fuera un día más en nuestra relación, como lo serían el 13 o el 15 de
febrero. No soy de esas personas que en San Valentín critican a todas las
personas que lo celebran, ni me molesta que muestren su amor y que durante los
días previos en todos los sitios nos ataquen con publicidad sobre “El día de
los enamorados”. No, no me molesta; no creo que a nadie le haga mal una
celebración como San Valentín, aunque a día de hoy sea meramente un reclamo
comercial. Hoy mismo por ejemplo el metro con el que he llegado a la
Universidad estaba completamente forrado con publicidad del perfume “Amor, amor”, bueno completamente forrado
no, el vagón en el que yo iba, ha dado la casualidad (o quizá no) que era el
único que no llevaba esa publicidad. En cierto modo envidio a aquellas parejas
que pueden celebrar este día, o no hacerlo, por el mero hecho de que estas
personas pueden decidir o no hacer algo.
A aquellos que
dicen que no celebran San Valentín porque no es más que un producto creado por
las grandes superficies comerciales, les digo que tienen razón, que es verdad,
que es absurdo tener un día para celebrar el amor con tu pareja, porque todos
los días deberían ser así. Por otra parte a aquellos que dicen que San Valentín
es el día más importante para ellos y sus parejas, les digo que entonces su
relación no es una pareja, simplemente salen con una persona con la que se
acuestan de vez en cuando, y nada más; porque si el 14 de febrero es el día más
importante en su relación, en ella no hay amor, y no puede considerarse una
pareja.
Puede que el 14 de
febrero, San Valentín, el “Día de los enamorados”, no sea más que un producto
comercial muy bien explotado, sobre todo, por los departamentos de marketing de
las grandes superficies, destinado únicamente a ampliar las ganancias de
cualquier tipo de negocio. También es seguro que lo que en San Valentín se
vende como amor, en el fondo no lo es del todo, ya que el amor es sentirte en otra persona, verte reflejado en los ojos y la
mirada de una mujer, o de un hombre, saber que sin esa persona a la que amas la
vida está menos viva, y tiene algo menos de sentido. Es muy posible también,
que solo haya escrito tópicos sobre este día; y es seguro que lo que escribo lo
he hecho imaginándome qué es el amor porque de momento no he podido
experimentarlo en mi propio corazón, aunque espero poder hacerlo algún día.
¡¡¡¡¡¡¡Feliz
cuadragésimo quinto día del año!!!!!!!..........o no.
Caronte.
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