Hace un año más o
menos, en mi tarea casi rutinaria de investigar en librerías e internet
posibles títulos literarios que leer, me topé con este. No suelo ser muy amigo
de los premios literarios que todos los años se conceden en España, ya que últimamente
la mayoría de ellos están, digámoslo así, edulcorados, y casi nunca los títulos
premiados tienen la calidad suficiente como para merecer galardones que en su
día tuvieron reconocido prestigio. Sin embargo, me pareció muy curioso y hasta
la fecha desconocido hasta mí que hubiese un premio literario llamado “Café
Gijón”, esto fue lo primero que me llamo la atención. Una vez descubierto este
premio me puse a mirar qué libros y autores habían sido premiados con este
premio. No conocía a ninguno, y me dije empezamos muy bien. Mirando los títulos
premiados me fijé especialmente en este “El
Palacio Azul de los Ingenieros Belgas”, cuyo título me pareció de lo
mas inusual y raro que había visto nunca, y sin embargo me llamó poderosamente
la atención. El título me pedía a gritos que me interesara más por él, y así lo
hice. Me costó muchos meses encontrar un ejemplar en las librerías, cosa que
supongo tienen esos libros que son buenos pero no muy conocidos por no tener
una mega campaña de promoción detrás. Cuando di con él estaba con otros libros
y tenía otras lecturas pendientes, por lo que muy a mi pesar pasó a lista de
espera.
En “El Palacio Azul de los Ingenieros Belgas”
puse muchas expectativas, tenía muchas ganas de leerlo, esperaba mucho de él.
Me lo terminé ayer, una semana me han durado sus más de trescientas páginas.
Nunca antes un libro, no sólo cumplía con las expectativas que tenía de él sino
que las superaba de manera tan amplia como lo ha hecho este. Esta novela, o
mejor dicho este “novelón”, es mucho más que mera literatura, es un magnífico
ejercicio de escritura, en el que su autor Fulgencio Argüelles demuestra que es
un grandísimo narrador y que posee una prosa que solo unos pocos autores son
capaces de imitar. Lo que este libro me ha hecho experimentar hacía tiempo que
no lo vivía y sentía. Esta novela hace que te sumerjas en la misma historia,
que la estés viviendo como un personaje más que habita el palacio azul de los
belgas. Soy un lector de vagón de metro, es donde más horas de lectura echo, y
había días que los túneles, la gente, el ruido y el traqueteo del vagón desaparecían
por completo y daban paso al verde valle del norte de España, a las minas de
carbón, al pueblecito y al palacio de los belgas donde se desarrolla la
historia de la novela.
El título de esta
novela es a la vez tan genérico y a primera vista simple, como misterioso y
sugerente. Nos invita a descubrir este edificio, donde una vez dentro
conoceremos a las dos familias de ingenieros belgas que lo habitan, así como a
los sirvientes de las mismas. El protagonista y narrador de esta historia es
Nalo un joven entusiasta de la vida que pierde a su padre en la mina y que
gracias a su abuelo entra a trabajar como ayudante de jardinero en el Palacio,
bajo las ordenes y enseñanza de Eneka. La novela, narra el camino de descubrimientos
vitales que sigue Nalo. En este camino Nalo descubrirá el amor gracias a tres
mujeres: su hermana, la hija de uno de los ingenieros belgas y la ayudante de
la cocinera del palacio azul; descubrirá también la sabiduría y el deseo por
saber más y más sobre la vida; descubrirá como los acontecimientos y los
momentos que se viven a lo largo de la vida no son simples sino que entrañan
otros acontecimientos; descubrirá como un momento pueden ser varios momentos a
la vez; descubrirá también la sinrazón del ser humano y que éste es capaz de lo
mejor y lo peor.
Hilando con la
coloridad que le da al libro su título, diré que en las páginas de este libro
se pasará por todas las gamas de tonalidad del azul, iremos desde un azul muy
vivo, alegre, dinámico; hasta un azul mezclado con gris casi imperceptible, un
azul que ha perdido parte de su vida debido al paso del tiempo debido al paso
de la propia vida. Esta novela no es de un único personaje, sino de muchos,
todos ellos pasan por la vida de Nalo
y dejan parte de ellos en él: Eneka
el jardinero, que le enseñara todo lo que sabe de las plantas y las flores,
pero también de la vida y de esa mariposa que todo alguna vez sentimos dentro
de nosotros y que Nalo tendrá que saber encontrar; Cosme, el abuelo, el señor de los silencios al principio de la
novela, pero que en el ambiente revolucionario de la misma acaba por despertar
de su letargo y se pone a construir su utopía como un loco; Lucía, la hermana de Nalo, la musa
Caliope para Eneka, una mujer tomada por loca por no seguir los
convencionalismos sociales, por amar la poesía y creer en el amor; la señorita Julia, ayudanta de la cocinera del
palacio azul; Alipio, Basilio el ruso, las familias belgas.
Todos estos personajes cuentan, y tienen algo que decir; todos son parte de
Nalo y todos ayudan a que este descubra la vida.
Esta novela trata
del amor, de la vida, y de las revoluciones que se viven a lo largo de nuestra
existencia. Revoluciones no solo físicas, como las revoluciones que en la última
parte del libro harán que se tambalee todo el mundo de Nalo, y haga temblar las
columnas del palacio azul; sino también revoluciones internas en cada uno de
los personales que les llevarán a tomar decisiones que harán que sus vidas
tomen uno u otro camino, que será complicadas de tomar y ante las cuales no
siempre es fácil responder. Este libro emana también mucha sensualidad y amor;
puedo decir sin equivocarme que las escenas de amor y pasión que hay en el
libro son de las más bellas y profundas que he leído nunca.
Fulgencio
Argüelles ha creado con esta novela un mundo íntimo, en el que uno se embulle
inmediatamente cuando empieza a leerla, y del que a veces es muy complicado
salir. He de advertir que esta no es una novela fácil de leer a simple vista,
debido a que si uno ojea sus páginas no encontrará diálogos, no porque no los
haya sino porque Argüelles urde una magnífica prosa en la que embebe los diálogos
y los hace formar parte de un todo-uno de un elemento compacto como es este
libro. Pero esta impresión de “mazacote” queda totalmente disipada una vez
comenzamos a leer, y se empiezan a suceder las historias y la vida de los
personajes, las imágenes coloridas del palacio azul, los amores y desamores,
los sabios refranes de la abuela Angustias.
En definitiva,
quien quiera saber más de la historia de “El
Palacio Azul de los Ingenieros Belgas” que lea esta preciosa novela,
una de las pocas, como ya he dicho, que han superado con creces las
expectativas que puse en ella antes de leerla. Con este novelón se demuestra el
enorme talento que tienen algunos autores de este país y que no siempre es
valorado por el público en general, porque así como el Palacio Azul es un
misterio para la mayoría de los personajes de la novela, este libro pasará también
pasará inadvertido para la mayoría de los lectores que preferirán best sellers
en vez de calidad. Espero que si alguno se topa alguna vez con este libro lo
disfrute tanto como yo.
Caronte