jueves, 20 de febrero de 2014

Muertos de tercera

El pasado 6 de febrero se produjo en territorio español, digan lo que digan el Ministro del Interior, el director de la Guardia Civil o el sursuncorda, un hecho tan lamentable y vergonzoso que a todos los españoles nos debería hacer reflexionar sobre qué moral y ética estamos dejando que se imponga en esta sociedad. Creo que es obvio que estoy hablando de la trágica muerte de, hasta la fecha y que se sepa, 15 personas que querían ser libres y poder tener una vida mejor. Desde el pasado 6 de febrero en este país se han ido sucediendo declaraciones, a cada cual más estrambótica y lamentable, con las que se ha intentado quitar dramatismo a un asunto de la máxima gravedad.

La muerte de 15 personas, en las condiciones tan lamentables en que se produjeron, debería hacernos sonrojar a todos y hacer que se nos cayera la cara de vergüenza por tener unos políticos y unas autoridades que están muy por debajo del umbral de lo que se diría decente. Los 250 inmigrantes que el pasado 6 de febrero intentaron entran en España lo único que quería era encontrar la libertad, y un futuro que simplemente por ser africanos se les niega, incluso en sus propios países de origen. Futuro es lo que todo inmigrante busca desde el momento que toma la decisión de abandonar su hogar y a sus seres queridos, la tierra en que nació, y lanzarse a lo desconocido. Es complicado para los que nacemos en una sociedad occidental desarrollada, en este caso Europa que es donde pretendían llegar estas 15 personas, qué es no tener futuro; y es complicado porque en sociedades como la nuestra, desde que nacemos tenemos prácticamente asegurado todo: sabemos que vamos a tener un futuro, mejor o peor, es cierto, pero sabemos que lo tendremos y solo dependerá de nosotros cómo será ese futuro. Sin embargo aquellas personas que deciden emigrar y convertirse en inmigrantes en otro país, no lo hacen por gusto, o como alguna ministra iletrada de este gobierno nos ha intentado colar, para mejorar nuestra visión del mundo y enriquecerla; todas aquellas personas que deciden dejarlo todo atrás lo hacen porque no tienen esperanza, ilusión, futuro.

Creo que cualquier persona con un poco de sensibilidad, corazón, alma, se puede imaginar qué tuvieron que sentir esas personas cuando el 6 de febrero, tras haber intentado pasar por tierra la frontera entre Marruecos y España en Ceuta, decidieron lanzarse al mar y llegar nadando a territorio español y mientras intentaban llegar a nado a la orilla verse rodeados por disparos de la Guardia Civil, que en vez de socorrer a estas personas usaron contra ellas material antidisturbios (hecho confirmado por el Ministro del Interior, y negado por el director de la Guardia Civil), sin lugar a dudas siguiendo órdenes de mandos superiores. Seguro que cualquier persona normal puede imaginarse cómo debe ser morir sintiendo angustia, miedo, terror y frío, porque el agua del Mediterráneo en invierno y a las 8:00 de la mañana está bastante fría.

Muy pocos estómago, decencia, y escrúpulos han demostrado tener aquellas personas que se supone deben asegurar el buen funcionamiento de este país, desde el Ministro del Interior, hasta el más raso de los diputados del PP que han tenido la suficiente desfachatez para salir corriendo a defender a capa y espada a la Guardia Civil (que iba armada con pistolas de pelotas de goma) e ignorar a las los 15 seres humanos que habían perdido la vida de manera tan triste. Pero quien en este suceso ha mostrado una actitud más prepotente y altiva, ha sido el director de la Guardia Civil (por cierto amigo íntimo de Rajoy, así que olvidémonos de dimisiones o ceses); como digo la actitud de este señor me ha resultado repulsiva y sobre todo miserable, porque hay que ser miserable para decir que las ONGs debería preocuparse más de los agentes de la Guardia Civil heridos cada vez que hay una manifestación o un altercado y menos por otros asuntos, entiendo que por otros asuntos se refiere claramente a los 15 seres humanos que han perdido la vida intentando encontrar un futro para ellos (traducido a la jerga fachosa del PP los 15 negratas de mierda que vienen a España a robar y delinquir).

No me gustaría frivolizar sobre un tema que me parece muy serio y de suma gravedad. Sé que la inmigración ilegal no debería ser un problema único de España, Italia, o los países del sur de Europa; sé que la Unión Europea debería implicarse mucho más de lo que lo hace, no solo dotando a los países que más inmigración recibimos con más medios, sino luchando de manera activa en los países de origen de todos estos inmigrantes donde la mafias se enriquecen a costa de arriesgar las vidas de seres humanos vendiéndoles la ilusión de un futuro mejor. Sin embargo la Unión Europea, aunque se implicara más, nunca sería culpable de que desde algún mando superior de la Guardia Civil se decidiera usar material antidisturbios directamente sobre personas indefensas y desarmadas que intentan llegar a tierra nadando, dando como resultado la muerte de 15 de ellas. La responsabilidad de estas trágicas muertes recae sobre el Gobierno de España, y sobre los responsables últimos de los agentes de la Guardia Civil, como son su Director General y el Ministro del Interior, pero teniendo en cuenta que ambos dos parecen salidos de una foto en blanco y negro de los años 60, los años más fascistas de la dictadura franquista, pues es lógico que no vaya a haber ninguna dimisión ni ningún cese. Esto es España; en cualquier país decente, no sólo estas personas habrían asumido responsabilidades sin que nadie se las pidiera, sino que la sociedad estaría clamando por que se asumieran responsabilidades por tamaña tragedia.

Otro asunto lamentable relacionado con esta tragedia es el leve y sutil tratamiento informativo que ha tenido en los informativos de TVE, la televisión pública de todos. No es novedad que el PP, que controla la televisión en todas y cada una de las comunidades en las que gobierna, haya manipulado los informativos de TVE, desde que cambió a todo el equipo directivo del ente RTVE, se ha venido observando un descenso más que notable en la calidad informativa y en el nivel de frivolidad que a veces se muestra en los informativos dando más trascendencia a “noticias” absurdas más propias de TeleCinco, que a noticias y sucesos de interés general. Como no podía ser menos, en este asunto la cobertura de TVE ha sido tan sutil que casi se citaba en los informativos de manera casual y sin ganas de profundizar en la información como queriendo que la noticia pasara pronto y que la gente no se diera ni cuenta de ella. Se han dedicado más minutos a analizar el partido de Champions del FC Barcelona que a interesarse por la muerte de 15 seres humanos en las aguas del Estrecho de Gibraltar.

Antes de acabar también me gustaría reseñar la miseria moral y ética de nuestra clase política, y hablo por parte de los dos partidos principales de este país, aunque por haber ocurrido gobernando la derechona, ha sido el PP el que más ha mostrado esa poca altura moral. Y es que estoy más que seguro que si en vez de que hubieran muerto 15 inmigrantes ilegales negros, estas muertes hubieran sido de cadetes españoles del ejército del aire muertos en un atentado terrorista, por poner un ejemplo, la situación hubiera sido más que diferente. En primer lugar el PP hubiera sacado a pasear ese espíritu patriota que tan interiorizado tiene y se hubiera puesto en punta de lanza para honrar a los caídos por España; y en segundo lugar, el PP estaría anunciando con suma celeridad una investigación exhaustiva para coger a los responsables de la matanza. No quiero que se me malinterprete por esto último que he dicho: para mí ambos sucesos serían igual de trágicos, y ambos merecerían la misma respuesta por parte de nuestras autoridades. Pero para el PP, los cadetes muertos serían víctimas honrosas que merecerían todos los honores que el Estado puede otorgar; mientras que los 15 inmigrantes muertos no son más que muertos de tercera clase. Por otro lado, siempre que pasa algún suceso de este tipo, en el que el PP muestra se verdadera cara, el PSOE siempre intenta sacar tajada diciendo que son ellos los únicos que se preocupan de verdad por las personas más desfavorecidas. Y es en este momento cuando empieza la batalla del “y tú más”, que por cierto ya cansa.

Para acabar simplemente me gustaría pedir a quien tenga en su mano hacer algo, que lo haga. Que estos dramas derivados de la inmigración se acaben, no solo en España sino también en otros países del sur de Europa como Italia o Grecia. Pido que los países europeos se impliquen en solucionar un problema muy complejo como es la inmigración, que depende de muchas variables y cuya solución no se puede alcanzar luchando de manera individual. Las personas que arriesgan su vida metiéndose en pateras atestadas y peligrosas, que intentan cruzar una frontera saltando una valla o en los bajos de un camión, no vienen a Europa a delinquir, vienen a buscar un futuro que se les niega desde que nacen y que les venden las mafias al otro lado de nuestras fronteras. De verdad intentemos presionar a la casta política de este país para que se involucren más en este asunto y no se vuelvan a producir este tipo de tragedias, y que no vuelva a morir ni una persona más por intentar encontrar un futuro. Espero también que la mentalidad de nuestros políticos cambie para que no vuelvan a tratar a estos muertos como muertos de tercera.


Caronte 

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