sábado, 4 de abril de 2015

Pomposamente cierta, la delicada veritá

El que adjunto a continuación es un artículo que no he escrito yo y que para mi gran sorpresa recibí ayer por e-mail. Si tengo que ser sincero no esperaba recibir por mi cumpleaños algo semejante y reconozco que me ha sorprendido un poco. Añado que supongo que todo lo que mi pequeño gran amigo cuenta de mí es en gran parte falso y una distorsión premeditada de la realidad, pero sea lo que sea (porque lo voy a leer una vez lo publique como él me ha pedido) seguro que estará escrito desde el cariño....o no. Antes de nada me gustaría darle mi más sincero agradecimiento de todo corazón.

Y aquí os lo dejo:

“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor”. Para para, se ha rebobinado la cinta demasiado. A ver ahora. “Así es que la ciencia está agitándose siempre entre los hombros astronómicos de lo infinitamente grande y las maravillas de lo infinitamente pequeño; ¡lo infinitamente pequeño, que, como dijo un gran escritor, no es acaso más que el gigante que para embromarnos se disfraza de enano!”.

Sí, quizá sea el período justo, vamos bien. Porque el siglo XIX le viene que ni pintado a mi querido amigo de nombre decimonónico (por momentos podría parecer que le iría bien viviendo en él),  y la célebre frase de D. José Echegaray quizás haga justicia al que espero y deseo sea un día el segundo premio Nobel de Literatura que la Ingeniería de Caminos española ha dado.

Pues bien, qué sorpresa para los ávidos lectores de este pequeño rincón literario toparse con un artículo que hable por fin de su misterioso autor llamado Caronte. Ya era hora de que éste fuese desenmascarado, mejor aún si es con motivo de su vigésimo cuarto cumpleaños, arrojando luz a las tinieblas de este agujero infecto que por momentos es La Laguna Estigia. Quizá me esté dejando llevar por la fuerza de la prosa, pero dejémonos de tonterías y pasemos a diseccionar al literato oculto enfrente de la pantalla del ordenador agazapado tras una única venta con barrotes (qué ironía), en sus dominios particulares de la finca familiar del marquesado de Vicálvaro.

Antes de ponerle a caer de un burro, que muchas veces bien que lo merece, a pesar de todas sus taras he de reconocer (pero no en voz alta) que mi buen amigo es una de las mejores personas que conozco. Vale, sé lo que estáis pensando, en nuestra amada escuela de caminos desgraciadamente no abunda la gente buena y por ende es sencillo que alguien mediocre vaya a la selección; pero en este caso no es así. El pomposo rubio de ojos azules y cuerpo apolíneo (ahora, antes se le veía bien de lejos) marcado por largas horas en el gimnasio con Aznar es una gran persona que mucha gente se ha negado a conocer de verdad. Él mismo quizás sea una de ellas, pues es tan sumamente cuadriculado que corre el rumor de que sería más sencillo entrar a darse una vuelta por Corea del Norte y hacerse un selfie con Kim Jong-Un en un McDonald’s que hacerle cambiar de opinión en multitud de aspectos de su vida diaria. Lleva un cilicio puesto a voluntad propia, como diría otro buen compadre bananero suyo.

Pues sí amigos, resulta que a pesar de que él mismo se descalifique (más bien se fustigue) en incontables ocasiones, este Judas es un amigo con todas las letras. A-mi-go. Lo escribo así porque el chaval es un poco falto, y de vez en cuando hay que decirle las cosas de este modo para que las entienda, qué se le va a hacer (que conste que no parafraseo ninguna referencia a algún elemento incómodo del mobiliario urbano muniqués).  A pesar de ello no se le cree, por lo que espero que relea esto tantas veces sea necesaria para que se dé por aludido. Y que sobretodo entienda de una vez qué es la palabra amistad y se la tatúe en el cerebro, porque a fe mía que más de una vez se lía y ve amigos donde no los hay, y viceversa.

Y que conste que no es sencillo hoy día ser amigo de alguien, mucho menos encontrar a alguien que lo sea para ti, pero él demuestra que es una persona en quien se puede confiar, y que siempre estará ahí cuando lo necesites, mostrando su apoyo incondicional (con la consiguiente chapa paternalista) y ayudándote a levantarte cuando tropiezas mil veces con la misma piedra (sí amigos, se puede tropezar infinitas veces más qué nuestro ilustrado blogger). Lo dejo ya porque sino alguna lagrimilla me va a asomar, y no es plan de ponerse melancólico cuando el objetivo estaba claro: sacar sus trapos sucios.

Bueno, antes de sacarlos, mejor dejarme que saque yo el peine que me he tenido que comprar. ¿Cómo, no sabéis para qué? Claro amigos, es que mi buen compañero resulta que siempre me manda a peinarme cuando yo (y otro buen amigo nuestro de incontable valor, más que el que él injustamente, y de manera más que aparente, le da) le conmina a salir a tomarse algo con SÓLO una hora de antelación, si llega. Es que a ver, a quién se le ocurre… ¡Error! Tan de sopetón no se pueden hacer las cosas, hombre. Qué absoluta falta de respeto; seguro que estáis pensando. Ironía al margen, he de decir que siempre le seguiremos llamando para intentar disfrutar de su gran compañía; y si no, pues al menos lo haremos por salir peinados por Madrid, que con nuestras pintas habituales de millonetis y de gente pudiente no nos llega normalmente.

Volviendo al tema de su cajón de mierda, que sé que estáis deseándolo, empezaré a enumerar sus vicios. Emmm… Tiene tantos que no sé bien por dónde empezar, dejarme bien que piense. ¿Os acordáis de aquel pedal que se enganchó? Ah no, que él sólo pide Eine Fanta (lástima no poder insertar la foto del camarero de la Hofbräuhaus). ¿Y recordáis aquella vez que se encendió un porro en clase? Vaya, tampoco fue él, eso solo pasaba en mi instituto.  ¿Quizás del volquete de putas que organizó? Qué pájaro el tío… Mierda, ese no fue él, sino Francisco Granados (lástima, cada vez quedan menos políticos como Alá manda). Otra oportunidad. ¿Y de la vez que empalmó dos fiestas seguidas? Vale, vale, perdón, juntar las uvas con el concierto de año nuevo no es empalmar, que me he liado. Emmm… Si es que este tío es un temerario, vive tan al límite que se me hace difícil recordar las correrías que se pega el muy pendejo cabrón.  No hay norma que no quiera quebrar, le pone el riesgo. El novio de la muerte, dirían algunos.

Como aquella vez que casi fallece, en una de las muchas ocasiones que se juega su pálido pellejo. Estábamos tranquilamente una cálida tarde de agosto en la orilla del apacible río Isar de la capital bávara cuando decidió que, previo haber mandado a la avanzadilla como buen general, merecía probar el subidón de adrenalina que era dejarse llevar por esas aguas domadas por los surfers alemanes hasta un punto indeterminado del Englischer Garten. Espero no olvidar nunca su reacción y sobretodo su cara cuando salió de esa especie de bomba sesentera que se marcó para lanzarse. Su cara. Ésa cara. Con un grito saliendo de lo más profundo de su ser, como si se le hubiese helado el alma. Como se nota que el muy señorito en Galicia no se baña, es muy de caldo mediterráneo como buen gato. Congelado estaba, como canicas, dijo tenerlos. Y menudas risas que nos echamos a su costa. El tío valiente no abrió la boca en todo el camino, acojonado y muerto de frío que iba. Qué grande. Lo mejor es que jamás reconocerá que se lo pasó como nunca; y lo peor es que no quiere volver a vivir emociones fuertes porque alojarse en un camping (con su legendaria comodidad) es demasiado bajo para su actual status social. Lástima, él se lo pierde; se le echará en falta sin duda.

Y ahora sí que recuerdo varios de sus vicios. Qué triste, yo que pensaba haberlos olvidado de lo lamentables que son. ¿A qué diríais que está enganchado? Venga va, se abren las apuestas. Oigo por ahí que a la metadona. Frío, frío; su piel mezcla del culo de Iniesta y la teta de una monja no se debe a ello. Otro por ahí dice que es un loco del volante. ¿Éste? ¡Qué va! El rey del carril central en una carrera de caracoles se quedaría en la Q1. Dejarlo, porque jamás lo adivinaríais. Os lo describiré: es un enamorado de un néctar supremo de color rojizo, macrotextura delicada, punto de reblandecimiento anillo-bola bastante bajo, retrogusto petulante en el cielo del paladar y que según él realza la potencia de cualquier otro alimento elevándolo a la categoría de las estrellas Michelin. Obviamente según esto todo el mundo ya lo sabe. Sí amigos, el Tomate Orlando. Orlando, sólo Orlando, el tomate frito casero de vuestras madres y abuelas es pura bazofia, cómo osáis siquiera compararlo. Sé lo que estáis pensando, yo también creo que es lamentable, pero tristemente es cierto. Reconozco que casi todos los intentos de abrir sus limitadísimos horizontes culinarios han fracasado, aunque espero no rendirme y desengancharle de tal adicción. Supongo que lo lograré, hasta el minuto 93 siempre hay tiempo de tocar la moral.

El siguiente vicio es su forma de vestir, si es que a cubrir su desnudez puede siquiera referirse eso que él hace. Digamos, sutilmente, que el gusto vistiendo se lo contagió Dani Alves; por lo que seguro que lo catalogáis como discreto. No sabemos bien qué le ha dado desde hace un tiempo, pero su daltonismo galopante (rosa y rojo, puñetazo en el ojo) y su poco sentido común que a su lado el payaso de Micolor sea un hombre elegante. Eso un día cualquiera, ya que aprovecha cualquier ocasión para lucir palmito y renovar su fondo de armario cual marujona. Pero nada es comparable a La Prenda. De los creadores de “nada podía ser peor” y de los productores de “bandera en pista a rayas amarillas y rojas” llega el famoso y catatónico pantalón de cuadros de mi ilustre amigo. Tenéis que verlo (aconsejo no desayunar antes), las palabras no hacen justicia a tamaño horror. Aunque reconozco que, aparte de que este gran señor lo viste con lustre, elegancia y altivez, me fascina cómo una prenda de tantos colores y formas diferentes es absolutamente incapaz de combinar con ninguna otra. Aunque mi grandilocuente amigo se empeña una en otra vez en disfrazarse con eso unido a un jersey ¡de rombos de otros colores! y a unos calcetines “a juego” prestados por Jesús Mariñas. Hay que reconocer que huevos le echa un rato, yo así vestido no salgo ni de mi habitación. Chapeau por mi amigo, exporta moda a pesar de lo que digan los demás.

Además, si algo caracteriza también a mi camarada son sus firmes convicciones. Esas mismas que le hacen declararse monárquico a la vez que sueña con la república, estudiar francés a la par que aprovecha cual ocasión que tiene para llamarlos a todos vuelca frutas, vanagloriarse de no dedicar tiempo a los estudios y “mágicamente” aprobar todas, vestirse y comportarse cual miembro de las juventudes del PP cuando dice ser votante de izquierdas, declarar asco absoluto a nuestra amada escuela y luego apuntarse voluntariamente a actividades extraescolares en ella y llegar el primero a clase, poner un blog público narrando al detalle su vida personal y ofenderse de veras si alguien le coge el móvil, dar por culo con quererse ir de viaje solo porque se aburre en casa y cuando tiene la oportunidad de viajar con amigos rajarse completamente, vilipendiar a alguien y luego ser nuevamente su best friend in the whole world… Vamos, igual de firmes que los cimientos de la Torre de Pisa. Bueno, me paro ya, porque seguro que son ejemplos suficientes, y hay que tomarlos con moderación. Ojo cuidado, que aun así, es de los más respetables de cuantos conozco, y defiende siempre sus ideas seas cuáles sean. Que levante la mano quienes como él lo hacen sea cual sea la ocasión (cri cri). Y también, a pesar de ello, da unos consejos bastante buenos, sinceros y muy firmes. La contradicción en estado puro.

Quizás por esa valentía y esos principios que muestra creo firmemente que podría ser un gran político, que es otra de las aficiones que este bellaco tiene. Hay quien compara su atracción a las urnas con la que el gran maestro Julio Iglesias tiene hacia cualquier persona del sexo femenino. Es ver una, y no resistirse. Buenos palos se ha llevado un servidor por no ir nunca a votar, y he de reconocer que son justos. Gracias a este buen compañero, a quien en sus largos debates políticos (zzzzzz…) acompaña otro amigo barbudo nuestro de corte proletario, ha hecho posible que mi limitado conocimiento de la materia alcance campos tiempo atrás insospechados. Eso sí, le recomiendo que se haga mirar porqué todas esas personas cultas que de vez en cuando nombra como si fuesen amigos suyos de toda la vida, siempre me recuerdan a ex jugadores del Real Betis Balompié… Se le augura un buen futuro en el campo político y/o diplomático (sueña con desalojar a Trillo de Londres), y desde aquí le deseo el mayor éxito posible. Desde algún rincón del planeta espero ver su nombre en la prensa (rosa) algún día habiendo hecho algo grande (ser tronista, por ejemplo).

Supongo que esos gustos extraños derivan en parte de su tan mal gusto en otro campo como es el juego de caballeros jugado por animales. Y es que aquí se le ve el plumero a la legua, y se dice seguidor del Trampas FC. ¿Viéndolo alguien diría lo contrario? Supongo que no, su peinado típico de las gentes que pueblan las gradas del Establo le delata. Ahora bien, todavía no me ha pasado ninguna entrada para ver a El Glorioso a pesar de que yo sea seguidor de su incómodo vecino y rival, y eso que las malas lenguas dicen que él estaba al tanto las cuentas en B de Luis El Cabrón. Supongo que es otro de los misterios sin resolver de su dilatada vida; ése y su número de cuenta en Suiza, que explicaría parte sus extensos fondos vilipendiados en los tugurios de ropa, libros y restaurantes excelsos de Madrid.

Otra de sus aficiones, aparte de los apasionantes e interesantísimos mundos de la recolección de sellos y de libros de 2ª mano, es viajar. Le encanta viajar, en business claro; de mi delicado amigo poco menos se presupone. Una de sus ciudades fetiche, a la cual reclama insistentemente como capital del reino, es Toledo. Vive absolutamente prendado de esta muy bonita ciudad (idílica según él), de la que guarda grandes amigos como El Greco, a quien el año pasado fue a visitar unas cuantas veces. Sigo sin entender cómo no fueron al Taco Away, ya que junto con la ilustre villa de Olías del Rey es de lo poco decente que hay en la comarca de La Sagra.

Espero que con este artículo que estoy ahora mismo concluyendo mi excelente amigo y mejor persona se sienta plenamente satisfecho y agradecido por ello, y que perdone a este escritor de más abajo de los confines de Príncipe Pío los comentarios hirientes que haya podido realizar; son todos realizados desde el cariño que se le guarda. Y pensar que hasta hace un tiempo éramos familia… Quien lo diría leyendo esto (o sí, que hay gente pa tó). Todavía no sé incluir la firma digital, pero si no la pondría aquí para que mi demacrado amigo creyese todo lo que le he dicho, por más que él piense que como con otra gente, su relación termina cuando lo hagan los tiempos de esclavitud de caminos en el cercano junio. Si es que hay que ver lo cerrado que es este hombre, la virgen.

Esto es todo amigos, como dirían los Looney Toons. Compañero, muchas felicidades; que tu celebérrimo cumpleaños tenga todas las fanfarrias y bambalinas que te tanto te emocionan, que seas feliz aprendiendo a vivir con todo lo que tienes que es mucho y muy bueno, que no cambies en ciertos aspectos ni un ápice (me encantan los idiotas) y que por fin aprendas de música y tengas siempre alguna canción de Mr. Worldwide que tararear… Espero poder celebrar más años que soy partícipe de tu amistad, un abrazo!!!

One car lost.

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