En cuanto vi por
primera vez en la televisión, más concretamente en el telediario, la noticia de
que George Clooney estaba preparando una película sobre la IIGM, todos mis
radares se pusieron alerta para saber cuándo saldría a la luz dicha película.
Una vez supe cuándo sería el estreno me puse a organizar cuándo iría a verla y
se lo propuse a las dos personas con las que sé que puedo contar para ir al
cine porque la mayoría de las veces, salvo cuando quiero ver una película muy
de mi gusto, me van a decir que sí. Fue el viernes pasado, último día de
febrero, una semana después de su estreno oficial, cuando por fin fui a ver
esta película que llevaba tanto tiempo esperando: “The Monuments Men”.
Lo primero que
quiero decir es que esta película está basada en un libro, de título igual al
de la película, del escritor Robert M. Edsel, que narra la historia de un grupo
de militares expertos en arte y otras ciencias relacionadas encargados de
proteger y salvaguardar las más importante obras de arte de la historia de la
humanidad del saqueo y destrucción de los nazis durante la IIGM. El libro, así
como la película, narran una historia real, aunque en la película se le da
algún que otro toque de humor para hacerla algo más atractiva. He de decir
también que no he leído el libro y por tanto no puedo realizar ninguna odiosa
comparación entre el mismo y la película. La historia que cuenta la película es
más que interesante, y la verdad es que a mucha gente puede que le sorprenda
tanto como a mí el saber que durante la IIGM, período infausto de la más
reciente historia del mundo durante el cual se cometieron los más desoladores
crímenes contra la humanidad y el ser humano mostró cuán cruel puede llegar a
ser, un grupo de soldados se encargaran, no de luchar cuerpo a cuerpo con los
nazis para liberar Europa de la tiranía de Hitler, sino que dedicaran sus
esfuerzos a intentar localizar el paradero de gran cantidad de obras de arte
que los alemanes iban robando allá por donde pasaban. Es muy interesante, y a
la vez triste, darse cuenta que Hitler amaba más un cuadro de Rembrandt o una
escultura de Miguel Ángel que la vida de un ser humano, y sólo porque quería
crear un gran museo en Alemania donde se expondrían las grandes obras maestras
de la humanidad. Todo para seguir engrandando su megalomanía.
Centrándonos ya sí
en la película propiamente dicha, la verdad es que a quien de verdad le guste el
cine esta película al menos le tendría que llamar la atención por el gran
plantel de estrellas que participan en ella: Cate Blanchet, Matt Damon, Bill
Murray, John Goodman, Jean Dujardin, y el propio George Clooney. Viendo la
película uno tiene la sensación de que se lo han tenido que pasar en grande
rodándola, se nota que los actores estaban a gusto y que se llevan bien, y esto
siempre es un gustazo porque repercute en las interpretaciones. A mí lo primero
que me llamó la atención de la película, cuando escuché que Clooney estaba
preparándola, fue la temática, la IIGM es algo que me apasiona; pero cuando
supe quiénes iban a ser los actores ese entusiasmo se convirtió en euforia, ya
que en “The Monuments Men”
participan algunos de los actores a los que más cariño tengo, como Bill Murray
y John Goodman. No obstante, que nadie se lleva a engaño, los protagonistas de
la historia son Clooney y Damon. Para qué voy a mentir, ninguno de los dos
protagonistas tiene su mejor papel en esta película, Clooney quizá porque
estaría más preocupado de su faceta como director, y Damon supongo que quizá no
se lo tomaba muy en serio, sino más bien como una reunión de amiguetes.
“The Monuments Men” es una
película divertida, aun estando ambientada en la IIGM y basada en una historia
real. No es tronchante, también hay que decirlo, pero es amena que en el fondo
es lo que se busca al ir al cine. La verdad es que es de agradecer que Clooney
haya encontrado la manera de contar parte de la historia de la IIGM de una
manera desenfadada; de descubrir al espectador una historia más que interesante
y desconocida por muchas personas, entre las que me incluyo. El tema central
alrededor del cual gira la película, aparte de intentar salvar de los nazis el
mayor número de obras de arte posibles, es la recuperación de un retablo flamenco de la Catedral de
Gante, y una Virgen con el Niño de
Miguel Ángel. Películas sobre la IIGM hay muchas y para todos los gustos, desde
“Patton”, hasta “La lista de Schinlder” pasando
por “Salvar al soldado Ryan”,
pero en todas ellas el denominador común es mostrar la barbarie de aquella
guerra y los horrores de los nazis. En ninguna película conocida sobre la IIGM
se ha tratado nunca ningún tema diferente, hasta que ha llegad Clooney y su “The Monuments Men”. Al menos
gracias por esto.
De las pocas pegas
que le pongo a la película es al propio Clooney pero ahora en su faceta de
director. Creo que todavía le falta rodar alguna que otra película de carácter
desenfadado más para poder dar el ritmo necesario a este tipo de películas; es
posible que a las películas más “serias” como “Buenas noches, y buena suerte” le haya cogido el pulso, pero
para una película a la que quiere dar un toque de humor tienes que llevar otro
ritmo, porque si no los toques de humor quedan completamente desdibujados. Esto
último pasa en parte en “The Monuments
Men”, Bill Murray y John Goodman, dan buenos toques de humor, hacen
hasta gracia, pero de vez en cuando Clooney decide ponerse metafísico y termina
por cortar el rollo, al menos esa es la sensación que yo tuve en algún que otro
momento durante la película. Para ser la primera película en la que Clooney
mezcla seriedad (al narrar una historia real) con toques de humor, el resultado
no es del todo malo, aunque es mejorable.
A pesar de esta
falta de práctica por parte de Clooney, salí del cine con muy buen sabor de
boca, no solo por haber ido acompañado de dos amigos a ver esta película, sino
porque en conjunto ésta me pareció entretenida. Difícilmente podría haber
salido muy contrariado teniendo en cuenta mi debilidad por Bill Murray o John
Goodman, actores por los que siento especial aprecio y admiración, debido a
películas como “Space Jump”
del primero, y “Los Picapiedra”
del segundo. Siempre es una delicia ver a estos dos grandes actores en una
película aunque sea en papeles secundarios.
Antes de acabar me
gustaría decir dos cosas más sobre “The Monuments Men”. Lo primero es que en la
película hay dos momentos que a mí me pusieron los pelos de punta: uno de ellos
es cuando Hitler se da cuenta que está empezando a perder la IIGM y que los
aliados están descubriendo que está robando obras de arte y escondiéndolas en
minas, y decide quemar y destruir todas las obras de arte para evitar que se
recuperen; el otro momento es cuando el grupo liderado por Clooney descubre
unos barriles llenos de anillos de oro y dientes del mismo metal, no creo que
sea necesario explicar qué son y de dónde proceden, ya que la imagen habla por
sí sola. Además de esto, también quiero decir que como buena película
americana, no le faltan americanadas. Y es que al final de la película, cuando
Hitler ya ha sido derrotado, hay una escena en la que americanos y rusos pugnan
por llegar primero a una mina llena de obras de arte, y son los americanos los
que salen vencedores de esta “carrera” y dejan como regalito a los rusos una
bandera americana. Esto último sinceramente no me gustó, creo que sobraba ese
gesto.
Por tanto, mi recomendación
personal es que quien quiera pasar un buen rato viendo una película entretenida
llena de grandes actores, “The Monuments Men” es su película. No esperen un peliculón
de esos que te terminan poniendo los pelos de punta, porque esta película no es
así, a Clooney le falta todavía muchas horas de rodaje para conseguir algo así,
pero va por buen camino.
Caronte.
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