sábado, 10 de mayo de 2014

Una tarde musical en la Escuela. Los Miserables de Caminos.

El espectáculo al que en la tarde de ayer viernes asistí fue una verdadera obra de arte, lleno de originalidad y profesionalidad por parte de los artistas/estudiantes de caminos que lo llevaron a cabo. Hace algo más de un año que empezó un proyecto que esta semana ha visto por fin la luz: el musical Los Miserables de Caminos. Un proyecto muy ambicioso del que desconozco los pormenores pero cuyo resultado he de decir con total convencimiento y seguridad que me ha dejado con la boca abierta. El objetivo de este proyecto era poner sobre el escenario del salón de actos de la Escuela de Caminos de Madrid una reinterpretación, adaptándolo a la idiosincrasia de la Esciela, el célebre musical de Los Miserables, conocido por todos y que lleva más de 30 años interpretándose ininterrumpidamente en el West End londinense, y en numerosos países a lo largo de todo el mundo.

La empresa de llevar a cabo dicha adaptación de uno de los más grandes y celebrados musicales de la historia del teatro no es asunto baladí, pero teniendo en cuenta el ego que la Escuela imbuye en sus estudiantes un buen grupo de ellos decidieron lanzarse a tal ardua aventura y realizar una adaptación a la altura de la Escuela. Y la verdad es que desde mi punto de vista han superado la prueba con creces. Para ser sincero, antes de ir a ver el musical de caminos, yo era bastante escéptico en cuanto al resultado, no soy muy partidario de autobombo del que la Escuela tanto come y de la retroalimentación que las asociaciones culturales realizan, siempre he dicho que nos miramos demasiado el ombligo y nos creemos los reyes de mambo siendo simplemente unos estudiantes de una carrera que en las últimas décadas ha traído la miseria a este país con actuaciones un tanto discutidas (radiales de peaje, presupuestos inflados a conciencia para robar en el AVE, adjudicaciones injustas, trampas para ganar contratos, etc.), aunque este no es el tema. Me estoy desviando del asunto. Además de por la mala visión que tengo sobre las asociaciones de la Escuela, opinión sin fundamento alguno lo reconozco, tenía también dudas de que después de haber visto tanto la película como el musical en español de Los Miserables, a adaptación caminera fuera demasiado egocéntrica y desvirtuara la magia del original.

Pero estos dos prejuicios que llevaba de entrada se esfumaron tras los primeros minutos de función. Y es que desde el número inicial en el que todo el elenco del musical participa vi que el nivel y el esfuerzo que se habían puesto en la obra eran bastante importantes, además la calidad vocal de algunos de los miembros del casting  era soberbia. La trama ha sido adaptada de manera bastante acertada, sin olvidar ese egocentrismo del que he hablado, y la verdad es que, guardando unas distancias obvias con el musical original, hay bastantes paralelismos (quien sepa de qué van Los Miserables y haya visto el musical durante esta semana estoy seguro de que puede hallar dichos paralelismos). Debido a la larga duración del musical original, que excede de las dos horas, la adaptación que se ha hecho en mi escuela no llega a las mismas y por ello se han tenido que escoger, teniendo siempre en cuenta la adaptación del guión, una serie de números musicales. A pesar de esta pequeña castración de números musicales, están todos los que deben estar, los más famosos y conocidos del musical original, y la verdad es que algunos de ellos, sobre todo los que más y mejor tengo grabados en mi mente, muy bien ejecutados.

Empezando desde el número inicial, que lo bordan todos los componentes del elenco. He de resaltar ante todo lo bien adaptados tanto por guión (letras de las canciones) como por voces que están los grandes números conjuntos, en los que cantan todos a coro; a destacar por ejemplo el número de la cafetería (Master of the House, en su título original en inglés), la canción de caminos (Do you hear the people sing?) y el magnífico final conjunto. Pero sin embargo, los números que a mí más me emocionaron, que consiguieron llegarme a poner la piel de gallina y emocionarme como anteriormente lo hicieron la película (con Hugn Jackmam, Russell Crowe y Anne Hathaway) y el musical en español (con Daniel Diges), fueron números solistas, como el soñé una vez (I dreamed a dream), del de sillas y mesas vacías (Empty chairs amd empty tables) y en el que Eponine se lamenta de su amor por Marius. Acorde con esto me gustaría aquí felicitar especialmente a los compañeros de carrera que interpretaron a Marius, Eponine y Fantine, que la verdad es que cantan muy bien, mucho mejor de lo que me hubiera imaginado nunca, mi más sincera enhorabuena; y de entre etos tres compañeros me gustaría cobre todo destacar a la chica que hizo de Fantine, y que cantó el famoso  I dreamed a dream, adaptado a la escuela, para mí este número fue sin dudas el mejor de todo el musical (sin querer desmerecer el resto), con el primero que a falta de poder silbar como los viejos ferroviarios de RENFE, solté el primer “bravo!!!” de la tarde. Luego siguieron más “bravos”, pero ese primero fue de los pocos que me salió de lo más profundo porque con ese número se me pusieron los pelos de punta (creerme que no estoy exagerando). Si tuviera que señalar algo que no me gustara, quizá resaltaría al compañero que hizo de Jean Valjean, el que se supone es uno de los dos protagonistas principales del musical, no me gustó como cantó ni como actuaba, hacía mucho falsete. Otra de las cosas que no me gustaron fue la adaptación que se hizo de para mí una de las canciones más emocionantes del musical original, el soliloquio de Javert (el policía que va detrás de Jean Valjean en el original, el catedrático en esta adaptación), si alguien quiere comparar que busque Stars en youtube y opine.

La verdad es que se me al final salí del musical, al que entré pensando que me iba a defraudar sabiendo que era una adaptación de uno de los grandes, encantado de la experiencia, y deseando de que el próximo año haya algo parecido en mi Escuela que pueda mitigar en parte los no buenos sentimientos que tengo hacia ella. Antes de acabar también quiero resaltar la cantidad de gente que ayer, un viernes de mayo por la tarde, fue hasta la Escuela de Caminos para ver el musical, el salón de actos casi se queda pequeño la ocupación rondó el 90% (dato medido a ojo por mí mismo); no sé cómo estaría los días anteriores en que también hubo función, pero la verdad es que ayer la entrada a la Escuela, el hall parecía el de un teatro de verdad un día de función (en el fondo son los viernes los días que se va al teatro para así poder aprovechar y hacer algo después, aunque también supongo que hubo gente que fue el lunes o el martes), y este ambiente la verdad es que me gustó bastante, y más que se diera en mi Escuela poco dada a ello, cosa que es de agradecer. Además el público estaba completamente entregado a la función, tras cada número musical había aplausos, algo que al principio me ponía nervioso porque en un musical en el teatro eso no suele ser lo habitual, pero como no estábamos en un teatro normal claudiqué y también aplaudía tras cada número que consideraba muy bueno (casi pero no todos). Al final del musical con todo el público en pie los aplausos invadieron todo el salón de actos durante algo más de cinco minutos. La única queja que tengo es que al lado mío, a mi derecha se sentó un mulo, que cada vez que se reía rebuznaba como su fuera Platero, que chaval más...., no se como definirle. Por el resto como he dicho, el público estuvo completamente entregado.

Sinceramente me gustaría dar mi más grande enhorabuena a los que han dado forma a esta magnífica adaptación de Los Miserables a la Escuela de Caminos, porque han conseguido dar forma a un espectáculo redondo, con unas canciones emocionantes y divertidas, cantadas por compañeros que bien podrían dedicarse a esto profesionalmente si no encontraran trabajo en lo que estamos estudiando, porque la verdad es que algunos lo han hecho realmente bien. Mis más sinceras felicitaciones también a todas las personas que han hecho que los asuntos más técnicos del musical también salieran adelante y el sonido y la iluminación fuera adecuada. En definitiva he de decir que el espectáculo fue soberbio y ojalá me anime a ir a más eventos que organicen la asociación Teatro en Canal, de Caminos.


Caronte.

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