El espectáculo al
que en la tarde de ayer viernes asistí fue una verdadera obra de arte, lleno de
originalidad y profesionalidad por parte de los artistas/estudiantes de caminos
que lo llevaron a cabo. Hace algo más de un año que empezó un proyecto que esta
semana ha visto por fin la luz: el musical Los Miserables de Caminos. Un
proyecto muy ambicioso del que desconozco los pormenores pero cuyo resultado he
de decir con total convencimiento y seguridad que me ha dejado con la boca
abierta. El objetivo de este proyecto era poner sobre el escenario del salón de
actos de la Escuela de Caminos de Madrid una reinterpretación, adaptándolo a la
idiosincrasia de la Esciela, el célebre musical de Los Miserables, conocido por
todos y que lleva más de 30 años interpretándose ininterrumpidamente en el West
End londinense, y en numerosos países a lo largo de todo el mundo.
La empresa de
llevar a cabo dicha adaptación de uno de los más grandes y celebrados musicales
de la historia del teatro no es asunto baladí, pero teniendo en cuenta el ego
que la Escuela imbuye en sus estudiantes un buen grupo de ellos decidieron
lanzarse a tal ardua aventura y realizar una adaptación a la altura de la
Escuela. Y la verdad es que desde mi punto de vista han superado la prueba con
creces. Para ser sincero, antes de ir a ver el musical de caminos, yo era
bastante escéptico en cuanto al resultado, no soy muy partidario de autobombo
del que la Escuela tanto come y de la retroalimentación que las asociaciones
culturales realizan, siempre he dicho que nos miramos demasiado el ombligo y
nos creemos los reyes de mambo siendo simplemente unos estudiantes de una
carrera que en las últimas décadas ha traído la miseria a este país con actuaciones
un tanto discutidas (radiales de peaje, presupuestos inflados a conciencia para
robar en el AVE, adjudicaciones injustas, trampas para ganar contratos, etc.),
aunque este no es el tema. Me estoy desviando del asunto. Además de por la mala
visión que tengo sobre las asociaciones de la Escuela, opinión sin fundamento
alguno lo reconozco, tenía también dudas de que después de haber visto tanto la
película como el musical en español de Los Miserables, a adaptación caminera
fuera demasiado egocéntrica y desvirtuara la magia del original.
Pero estos dos prejuicios
que llevaba de entrada se esfumaron tras los primeros minutos de función. Y es
que desde el número inicial en el que todo el elenco del musical participa vi
que el nivel y el esfuerzo que se habían puesto en la obra eran bastante
importantes, además la calidad vocal de algunos de los miembros del casting era soberbia. La trama ha sido adaptada de
manera bastante acertada, sin olvidar ese egocentrismo del que he hablado, y la
verdad es que, guardando unas distancias obvias con el musical original, hay
bastantes paralelismos (quien sepa de qué van Los Miserables y haya visto el
musical durante esta semana estoy seguro de que puede hallar dichos
paralelismos). Debido a la larga duración del musical original, que excede de
las dos horas, la adaptación que se ha hecho en mi escuela no llega a las
mismas y por ello se han tenido que escoger, teniendo siempre en cuenta la
adaptación del guión, una serie de números musicales. A pesar de esta pequeña
castración de números musicales, están todos los que deben estar, los más
famosos y conocidos del musical original, y la verdad es que algunos de ellos,
sobre todo los que más y mejor tengo grabados en mi mente, muy bien ejecutados.
Empezando desde el
número inicial, que lo bordan todos los componentes del elenco. He de resaltar
ante todo lo bien adaptados tanto por guión (letras de las canciones) como por
voces que están los grandes números conjuntos, en los que cantan todos a coro;
a destacar por ejemplo el número de la cafetería (Master of the House, en su título original en inglés), la canción de
caminos (Do you hear the people sing?)
y el magnífico final conjunto. Pero sin embargo, los números que a mí más me
emocionaron, que consiguieron llegarme a poner la piel de gallina y emocionarme
como anteriormente lo hicieron la película (con Hugn Jackmam, Russell Crowe y
Anne Hathaway) y el musical en español (con Daniel Diges), fueron números
solistas, como el soñé una vez (I dreamed
a dream), del de sillas y mesas vacías (Empty
chairs amd empty tables) y en el que Eponine se lamenta de su amor por
Marius. Acorde con esto me gustaría aquí felicitar especialmente a los
compañeros de carrera que interpretaron a Marius, Eponine y Fantine, que la
verdad es que cantan muy bien, mucho mejor de lo que me hubiera imaginado nunca,
mi más sincera enhorabuena; y de entre etos tres compañeros me gustaría cobre
todo destacar a la chica que hizo de Fantine, y que cantó el famoso I
dreamed a dream, adaptado a la escuela, para mí este número fue sin dudas
el mejor de todo el musical (sin querer desmerecer el resto), con el primero
que a falta de poder silbar como los viejos ferroviarios de RENFE, solté el
primer “bravo!!!” de la tarde. Luego siguieron más “bravos”, pero ese primero
fue de los pocos que me salió de lo más profundo porque con ese número se me
pusieron los pelos de punta (creerme que no estoy exagerando). Si tuviera que
señalar algo que no me gustara, quizá resaltaría al compañero que hizo de Jean
Valjean, el que se supone es uno de los dos protagonistas principales del
musical, no me gustó como cantó ni como actuaba, hacía mucho falsete. Otra de
las cosas que no me gustaron fue la adaptación que se hizo de para mí una de
las canciones más emocionantes del musical original, el soliloquio de Javert
(el policía que va detrás de Jean Valjean en el original, el catedrático en
esta adaptación), si alguien quiere comparar que busque Stars en youtube y opine.
La verdad es que
se me al final salí del musical, al que entré pensando que me iba a defraudar
sabiendo que era una adaptación de uno de los grandes, encantado de la
experiencia, y deseando de que el próximo año haya algo parecido en mi Escuela
que pueda mitigar en parte los no buenos sentimientos que tengo hacia ella.
Antes de acabar también quiero resaltar la cantidad de gente que ayer, un
viernes de mayo por la tarde, fue hasta la Escuela de Caminos para ver el
musical, el salón de actos casi se queda pequeño la ocupación rondó el 90%
(dato medido a ojo por mí mismo); no sé cómo estaría los días anteriores en que
también hubo función, pero la verdad es que ayer la entrada a la Escuela, el
hall parecía el de un teatro de verdad un día de función (en el fondo son los
viernes los días que se va al teatro para así poder aprovechar y hacer algo
después, aunque también supongo que hubo gente que fue el lunes o el martes), y
este ambiente la verdad es que me gustó bastante, y más que se diera en mi
Escuela poco dada a ello, cosa que es de agradecer. Además el público estaba completamente entregado a la función, tras cada número musical había aplausos, algo que al principio me ponía nervioso porque en un musical en el teatro eso no suele ser lo habitual, pero como no estábamos en un teatro normal claudiqué y también aplaudía tras cada número que consideraba muy bueno (casi pero no todos). Al final del musical con todo el público en pie los aplausos invadieron todo el salón de actos durante algo más de cinco minutos. La única queja que tengo es que al lado mío, a mi derecha se sentó un mulo, que cada vez que se reía rebuznaba como su fuera Platero, que chaval más...., no se como definirle. Por el resto como he dicho, el público estuvo completamente entregado.
Sinceramente me
gustaría dar mi más grande enhorabuena a los que han dado forma a esta
magnífica adaptación de Los Miserables a la Escuela de Caminos, porque han
conseguido dar forma a un espectáculo redondo, con unas canciones emocionantes
y divertidas, cantadas por compañeros que bien podrían dedicarse a esto
profesionalmente si no encontraran trabajo en lo que estamos estudiando, porque
la verdad es que algunos lo han hecho realmente bien. Mis más sinceras
felicitaciones también a todas las personas que han hecho que los asuntos más
técnicos del musical también salieran adelante y el sonido y la iluminación
fuera adecuada. En definitiva he de decir que el espectáculo fue soberbio y
ojalá me anime a ir a más eventos que organicen la asociación Teatro en Canal,
de Caminos.
Caronte.
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