Escribo esta carta, que he envíado al Director, Jefe de Estudios y Subdirector de Alumnos de la ETSICCP. No puedo negar el tono de hastío y decepción, por no hablar del hartazgo, que me ha producidoel conocer la fecha de la Graduación del curso 14/15. Podría haber sido mucho más duro, pero he preferido ser algo más cometido en mi argumentación, la carnaza viva la dejo para otros momentos, si es que la suelto al mar de los tiburones para que éstos se den un buen festín.
Me dirijo a usted
en relación al reciente anuncio de celebración de la graduación correspondiente
a la promoción 14/15.
Soy un alumno que acabé la carrera de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos el año
pasado después de haber pasado en la Escuela 6 años muy duros, tanto a nivel personal
como a nivel académico. Creo que puedo hablar en nombre de mucha gente, o al
menos de un puñado de compañeros que como yo hemos pasado de todo tipo de
momentos en esta Casa.
Pensaba que tras
seis años duros, de mucho esfuerzo y sacrificio para poder sacar una ingeniería
que se suponía de las más duras a curso por año, en la que he invertido mucho y
por la que también he renunciado a mucho, me parece indignante que la
Graduación, que debería ser un acto en el que los protagonistas fuéramos los
estudiantes que acabamos, se celebre casi un año después de que acabáramos.
No sé cuáles
habrán sido los motivos reales para que la Graduación se haya retrasado hasta
este punto. El rumor más extendido es que se ha buscado hasta el último momento
que viniera la Ministra de Fomento al acto, cosa que de ser cierta me parecería
lamentable. Deben ser los alumnos los protagonistas de este acto, y no los egos
de ningún profesor o miembro de la dirección de la Escuela que busquen fotos
oficiales y menciones en prensa. Los alumnos y sus familias, muchas de las
cuales han tenido que afrontar muchos sacrificios para que sus hijos se sacaran
la carrera de sus sueños. Si la causa del retraso de la Graduación no está,
sólo me queda pensar en la falta de planificación y organización como causante,
cosa que no dice mucho de cómo está gobernada esta Escuela en los últimos
tiempos.
Sin embargo, no es
sólo el hecho de que la graduación vaya a producirse en mayo, sino que se vaya
a hacer un miércoles laboral a las 18:30 horas. Cualquiera se puede dar cuenta
de que, pasado un año desde que la mayoría de los que se supone nos vamos a
graduar, muchos tengamos trabajo, más o menos mediocre (cosa que por cierto
nunca se dice en la carrera ya que se nos prepara para una idealización de la
realidad que no existe), y por tanto se nos haga muy difícil asistir. Por no
hablar de las decenas de compañeros que la semana del 11 de mayo no podrán
venir a Madrid por encontrarse trabajando en otras ciudades y tener que
trabajar al día siguiente, o en otros países - en la llamada por el mismo
Gobierno cuya Ministra de Fomento se desea que venga, ‘movilidad exterior’
(sic).
No me merece la
pena hablar de que tampoco considero normal que la Graduación del Título de
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos se vaya a hacer conjuntamente con la de
Grado en Ingeniería Civil, porque en el fondo fuera de la Escuela en el mundo
real, estaremos en el mismo saco. Lo único que sí voy a mencionar es el hecho
de que no creo que en el Salón de Actos de la Escuela vayamos a caber todos de
manera cómoda y muchos familiares, los de más edad, se verán obligados a
permanecer de pie.
La presente carta
no va a provocar ningún cambio. Tampoco lo pretendo. Lo que sí quiero es que se
dé cuenta de que las cosas no se hacen así. No le llegarán probablemente muchas
más cartas como esta, habrá alumnos que pasarán de la Escuela en el mismo grado
que la Escuela y sus dirigentes han pasado de ellos. Yo sí se le mando esta carta
porque sé que lo que en ella expreso no es algo que sólo yo pienso y siento.
Por último quiero
decirle que por suerte yo sí que asistiré a la Graduación, pero tengo la
impresión de que la mayor parte de mis compañeros de promoción no lo podrán
hacer, y no será porque no quieran sino que por la mala gestión o por la
búsqueda de notoriedad personal, no se ha pensado en los alumnos.
Atentamente, un alumnos que no se calla.
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